Asistimos a la rotondización desde hace décadas. Una fórmula que democratiza las calles pensando solo en los coches. Y nos explicamos. Son democráticas en el sentido de que está claro quién tiene preferencia: el primero que se mete en la rotonda. El funcionamiento de las rotondas es lo mismo que hablar de un colector de aguas: todas las aguas pasan por el mismo sitio. También son democráticas porque regulan el tránsito de coches sin semáforos, por lo que los tiempos de espera los marca el propio flujo de coches y no un gabinete ingenieril discutiendo sobre gestión de semáforos. ¡Autogestión!
Ahora bien, ¿qué pasa con el tránsito peatonal? pues es muy sencillo, basta con observar. Las rotondas generalmente demandan más espacio, principalmente por su seno central. Un espacio inútil que además se considera paradójicamente "espacio verde" y que es tan grande como el arco de giro que precisan los vehículos pesados (autobuses y camiones) Por cierto... ¿Quién ha jugado o leído un libro alguna vez en un rotonda? A esto hay que sumar otro detalle: las salidas de las rotondas precisan de al menos una distancia equivalente a la de un coche para que, en caso de detenerse al abandonar la rotonda, no obstaculice la propia rotonda. Aquí viene el problema. Estos espacios, lo que provocan en todos los casos, es una retirada hacia atrás de los pasos peatonales, es decir, hacia las bocacalles, aumentando así las distancias que tienen que recorrer los peatones. Recordemos que en Salamanca los desplazamientos a pie superan con creces a los de coche. Un 60% de desplazamientos a pie frente al 30% que se producen en coche.
En el caso que presentamos más abajo, ocurre todo esto. La rotonda que ya está en obras en las confluencias de la Avda. Portugal y Torres Villaroel, retrasa aún más los itinerarios peatonales. Esto nos preocupa porque además se trata de un nodo de la ciudad muy concurrido. Las rotondas no tienen complejos a la hora de minusvalorar el tránsito peatonal en favor del coche, haciéndo este último más ecuánime e, incluso, más fluído. Pero siempre en detrimento de los itinerarios peatonales que deberían ser los más directos, intuitivos y cómodos.
Pero en esta nueva rotonda nos llaman también la atención otros dos aspectos. Por un lado se crean 3 carriles centrales totalmente sobredimensionados y que lo único que van a generar son golpes entre unos y otros. Ya veréis, en este país seguimos sin conocer ni respetar el funcionamiento de las rotondas: siempre por el exterior salgas donde salgas. Si nos preguntaran, a nosotros nos sobra por lo menos uno de los carriles centrífugos. En segundo lugar, el trazado de un misterioso carril bici que aparece y desparece. Nos preocupa la intersección con Gran Capitán. De hecho nos parece un suicidio tal y como está planteado. Generalmente las salidas de rotonda son apresuradas y, además de suponer un peligro para las personas que cruzan también lo es para las bicicletas. Del mismo modo, también llama la atención la no previsión inmediata de la continuación del itinerario ciclista por la avda. Portugal o también a lo largo de Torres Villaroel hasta la Plaza de Toros. ¿A que esperan?
Proyecto de reforma de la intersección entre Torres Villaroel y Avda. Portugal. Una reforma antipeatonal y misteriosa para los ciclistas. |
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