“Somos afortunados”. Una remezcla
electrónica ejerce de imán entre la arboleda de la Casa de Campo, cerca del Lago.
Ese estribillo, entonado en inglés, atrae al público hacia un espacio en el que
aparecen dos rampas y una colchoneta gigante. “Ahí va”, interrumpe la música un
comentarista. Un joven desciende a toda velocidad en una pequeña bicicleta, una
BMX. Cruza la pista, sube y vuela. En el aire hace una cabriola y cae, sin
soltar el manillar, en un enorme airbag. Está ensayando para el Urban Bike que
se celebra esta tarde en medio del pulmón madrileño. Este fin de semana, en la
capital se habla de bicicletas. Por un lado, la industria celebra su cita más
importante: Festibike, la feria decana de los pedales. A ella se ha unido
ExpoBike, una cita semejante que se consolida con su segunda edición. Por otro,
la Vuelta a España llega a su última etapa con final en la capital.
La bicicleta está de moda como
objeto de consumo. “Es un sector que funciona”, cuenta Guillermo de Portugal,
director de FestiBike. En la calle es una obviedad. En el mundo de los
negocios, una realidad. En 2011, en el centro de Madrid había 55 tiendas de bicicletas;
el año pasado ese número se había multiplicado por tres y llegaban a los 180
establecimientos, según datos de Madrid Probici, la asociación regional de
empresarios del pedal. “Nosotros lo hemos notado. En la presente edición
contamos con 350 marcas”, apunta De Portugal. Lleva 13 años reuniendo
distribudoras y tiendas. Las primeras presentan sus novedades en el sector:
bicicletas eléctricas, carbono, diseño, moda o accesorios. Las segundas buscan
nuevos productos con los que atraer a los clientes.
Esta “feria y mucho más” citaba
al sector de las dos ruedas en las afueras de la capital. La presente edición
se celebra por primera vez dentro de la ciudad. Para atraer al público general
organizaban actividades, recorridos y marchas por la sierra de Madrid. Ahora,
sin renunciar al cicloturismo, utilizan el ciclismo urbano como escaparate con
el programa Urban Bike (de 21.00 a 1.00). Pequeños cambios para adaptarse a los
nuevos tiempos.
“Cada vez hay más gente
interesada no solo en la movilidad, sino en la parte deportiva y
espectacularidad del ciclismo urbano”, afirma Hegoi Ado, de 28 años. No salta;
se lesionó hace un año. Ayuda a su hermano, Eneko Ado, en este evento. Ambos
eran corredores y están especializados en hacer virguerías en circuitos cerrados.
Dar el espectáculo con una bici entre sus piernas. “Está bien estar en el
centro de la ciudad, más accesibles. Creo que se va a pasar más gente”, comenta
Ado.
El director de FestiBike
considera que acercarse a la urbe era “su camino natural”. No oculta que la
presentación de ExpoBike les azuzó. Esta feria aterrizó en Ifema el año pasado.
Repite convocatoria. “Nos instalamos en el recinto ferial porque en la capital
no había una cita así. Coincidimos en fechas porque es cuando se presentan las
novedades”, aclara Rocío Aguirre, directora de ExpoBike. El tempo, la decisión
de presentar todas las novedades este fin de semana, no lo marcan las empresas
sino el encuentro europeo más importante de la industria en Friedrichshafen
(Alemania): dos semanas después del EuroBike se celebran estas citas locales.
“En el fondo creo que es bueno. Así las marcas podrán elegir dónde
presentarse”, apostilla Aguirre. Negocio hay. En 2012 se vendieron en Europa
más de 20 millones de bicicletas. Casi el doble que el número de coches
adquiridos en la UE-27 (12 millones), según cifras de la Federación Europea de
Ciclismo (EFC). En España, 750.000 unidades.
Tendencia, crecimiento,
inversiones y ¿burbuja? “En el mercado de los pedales, podemos estar viviendo
el inicio de una burbuja”. El aviso es de Luis Álvarez, dueño de la tienda By
Bike y vicepresidente de Madrid Probici. Mientras tanto, ambas ferias esperan
que esa inercia les lleve a aumentar el número de visitantes. El año pasado,
según sus propios datos, FestiBike atrajo a 40.000 personas; ExpoBike, 15.000.
Florencio Bautista acudió ayer a esta última. “Había un ambiente tranquilo y
agradable. Pensaba que era más grande, pero sabía a lo que venía: a ver
producto, novedades y alguna exhibición”, resume su visita. Una de las cosas
que más ha llamado su atención ha sido una bicicleta made in Spain que ganó el
concurso para suministrar velocípedos al programa de bicicleta pública de
Copenhague. Desde este verano, el modelo, eléctrico, con ruedas macizas y con
tablet rueda por la calles de la capital danesa. “Mañana quiero ir a
FestiBike”, anuncia Bautista . Esa dualidad, que para algunos visitantes puede
ser interesante, no oculta cierta competencia: ha obligado a las marcas a
elegir dónde muestran su producto. Casi ninguna tiene stand en ambas citas.
Instalar uno cuesta en torno a los 1.800 euros, según un expositor.
La revista Ciclosfera sí. El
director de esta publicación trimestral, gratuita y centrada en ciclismo urbano
presentó su sexto número en ambas citas. “La gente tiene que vernos y
conocernos”, resume el director Rafa Vidiella. ¿Tienen cabida dos ferias
semejantes sobre bicicletas? “La duplicidad es un poco engorrosa: obliga a
descartar uno de los eventos a la mayoría de interesados. Sin embargo, es
cierto que hay mucho interés y movimiento en el mundo de las dos ruedas”,
concluye. “¿Va Macario?”, le preguntan continuamente a Guillermo De Portugal.
Macario Llorente es el
distribuidor de Shimano en España; una celebridad en el mundillo. Macario acude
a FestiBike. BH, también. Orbea opta por ExpoBike. Algunas empresas europeas no
terminan de comprender esa competitividad en un mercado tan emergente en los
pedales como el español. “Si había instaurada una, no se entiende que aparezca
otra”, sentencia Perico Delgado. “Si se quiere captar mercado mundial y se
dividen las citas no funciona. Es un poco locura”, agrega el ciclista y
presentador de La Vuelta a España.
“FestiBike es una verdadera
fiesta de la bicicleta. En ella se dan cita profesionales, amateurs y
curiosos”, comenta Violeta Janeiro, de 30 años. Conoce bien la convocatoria. Hasta
hace dos años compaginaba su trabajo como historiadora del arte con la
bicicleta de montaña. Era lo que llaman una descender: especializada en bajar
montañas a toda velocidad y con todo tipo de obstáculos. “Como ciclista urbana,
tengo ganas de ir para saludar a viejos amigos, para ver novedades y disfrutar
del Urban Bike. Antes, la cita, simbolizaba el cierre de la temporada de
carreras”, cuenta.
El domingo, Perico Delgado
presenta la última etapa de La Vuelta de este año. “La duplicidad no es buena pero
la bici está en un momento genial. Me gustaría que la llegada de La Vuelta a
España fuera un buen momento para visibilizar la bicicleta. Madrid tiene ganas
de ver más ciclistas en sus calles”, comenta el ciclista. El mismo domingo (a
partir de las 12.00) Taiwan Excellence organiza, en Colón, un acto en el que
otorgará varios premios centrados en la bici y exhibirá parte de las obras del
museo tecnológico de la isla en la muestra Biketecnology.
Se acumulan las citas de pedales
en la capital. Ahora hay que elegir a cuál se va. Este fin de semana, como
decía la canción que sonaba mientras los chavales se tiraban con sus BMX, los
ciclistas “somos afortunados”.
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