MASA CRÍTICA DE SALAMANCA

Nos hacíamos eco hace ya unos meses de la desaparación de la Masa Crítica en Salamanca.  Tras unos años de celebraciones mensuales ampliamente secundadas, la masa crítica pareció menguar poco a poco hasta desaparecer durante casi un año. 2012 ha sido el año del renacer de un movimiento espontáneo, sin líderes, festivo y abierto a toda la ciudadanía nacido paradójicamente en el país del "fordismo" y la ciudad horizontal.


Una  de las múltiples imágenes de la Masa Crítica

Siempre nos ha resultado llamativo que en una ciudad donde se matriculan miles de estudiantes todos los años y en donde el transporte en bicicleta, parece no tener ninguna complicación, al menos orográfica, climatológica o, incluso, de estatus, no se celebren masas críticas multitudinarias.  Mientras miles de estudiantes celebran la noche vieja de los bares, no parece que causas más allá del paso de los años, aglutinen interés.  No hablaremos de otras situaciones todavía más urgentes como las constantes estafas educativas a las que se viene condenando a esos mismos jóvenes que apoyan tanto a la hostelería salmantina.

Conocemos muy bien las "bicicríticas" de Madrid, las masas de Valladolid o algunas de las Europeas y, en todas ellas, nos hemos sentido siempre abrazados por cientos o miles de ciclistas que una vez al mes salen a la calle a celebrar su propio modus operandi.  Cada ciudad a su manera, pero por lo general, gentes de todas las condiciones y edades. Todas ellas pedaleando juntas para demostrar que en ciudad es más que posible desplazarse en bicicleta.  

Salamanca es una excepción que no termina de sorprendernos para bien.  Las marchas han sido siempre menguantes, simbólicas y, en algunas ocasiones, hasta lánguidas. Sí conocemos alguna en cambio multitudinaria. Tal vez aquellas que se celebraban durante la Semana de la Bici. Una semana por cierto que ya no se se produce y que, si no nos equivocamos, llegó hasta su décima edición.  El caso es que la historia de los encuentros ciclistas de Salamanca parece sufrir de la itinerancia estudiantil y, con toda seguridad, del nulo apoyo de las instituciones salmantinas que prefieren apoyar la causa ciclista solo a través de la venta de abonos del Servicio de Préstamo de Bicicletas.

La masa crítica salmantina aparece incluso algunas veces titulada (sin más) en la prensa,  Como bendecida casi por beneficiencia por una profesión casi siempre reacia a entender el ritmo ciclista y anclada en la reproducción de esquemas en torno a la bicicleta frutos del pasado y propio de determinados sectores marginales y contestatarios (que también).  La bicicleta sigue adoleciendo de rigor informativo y no vende salvo si se trata -como ya hemos dicho- de aderezar sospechosamente la impecable gestión de SALENBICI.  

Pero en cualquier caso, la masa crítica es sin duda, la mejor manifestación de varias cuestiones que nos atrevemos a exponer a continuación:

1. Tras el desmoronamiento del asociacionismo salmantino ya hace años, no parece que la bicicleta cuente también con mucha fuerza a nivel asociativo.  A pesar de que afortunadamente se ha incrementado notablemente durante los últimos años el número de usuarios ciclistas, se trata de una tendencia poco respaldad por la creación de estructuras sociales que reivindiquen espacios para la bicicleta más allá de la actual red ciclista.

2. El sector joven y preferentemente universitario -ni siquiera estudiantil- remueve conciencias en las redes sociales pero, una vez más, no sale a la calle.  Padecemos de patologías voyeristas y narcisistas en las redes pero en ningún caso, ni prácticas ni asociativas.  Además, todos los rangos de edad ante y post-universitarios, no secundan la masa crítica.  Ello genera dependencia generacional y salvo que existan nuevos estudiantes inquietos, la lucha no se renueva.

3. La circulación en bicicleta por las calles salmantinas de la masa crítica es a veces incómoda por la escasa respuesta o apoyo ciudadano a la causa.  Prueba de ello son las numerosas hazañas que en algunas avenidas tiene que hacer este periplo sobre ruedas para evitar conflictos o situaciones incómodas.  Todo ello redunda en la selección del perfil de ciclista participante que o bien quiere llamar la atención al precio que sea o, por el contrario, prefiere pedalear tranquilamente arropado por la masa. 

4. La Masa Crítica adolece de una solidez en sus reivindicaciones. Nos explicamos.  Por si sola es un movimiento imprescindible y enriquecedor.  Pero no cuenta sin embargo con estructuras que puedan dar mayor amplificación y detalle a posibles propuestas que puedan generarse, más allá de llamar la atención a la ciudadanía una vez al mes.

Desde estas líneas deseamos que la Masa Critica de Salamanca pueda continuar pedaleando cada vez con más jóvenes, mayores, pequeños...  Superando su actual razón de ser: una marcha festiva al calor de los amigos de siempre y con determinados estigmas propios de una ciudad de provincias

4 comentarios:

  1. ¿qué estimas propios de una ciudad de provincias? Prefiero una ciudad de provincias que una gran urbe de más de 4 millones que por desgracia me a tocado vivir después de haber disfrutado de varias ciudades de provincias.

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  2. El comentario final acerca de la ciudad de provincias tiene que ver con el hecho de que las personas que participan en la masa crítica vienen a ser las mismas desde el inicio de la masa crítica hace ya unos años. Al menos su núcleo fundamental. Mientras que en otras ciudades con mayor población y, por ende, con un mayor espectro de personas participantes las masas tienden a ser más variopintas, Salamanca aglutina a un grupo fundamentalmente de personas amigas. Lo cual, no desmerece su celebración pero tal vez sí, la posibilidad de ampliar a un mayor número de espectros sociales el perfil de las personas participantes. Una razón de escala en definitiva. No obstante, estamos totalmente de acuerdo con tu comentario al respecto y nuestra opinión final carece de cualquier cariz negativo. En Salamanca, a pesar de todo lo que venimos denunciando en esta página, se vive mucho mejor que en cualquier otra ciudad, como por ejemplo una de 4 millones de habitantes. Sin duda.
    Por eso creemos que es mucho más fácil articular medidas de pacificación del tráfico y puesta en marcha de medidas de amabilidad urbana y fomento del uso de la bicicleta en una ciudad más pequeña como la nuestra. Muchas gracias por tus palabras.

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  3. No es cuestión de ciudad pequeña o grande. Al menos en el caso de la juventud el problema está en que es una ciudad de paso, cosa que quita bastante en cuanto al compromiso con la misma. Y claro, partiendo de la base de que estas generaciones tienden en mayoría al cinismo y lo que se cita por ahi arriba...

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  4. Si, efectivamente, la itinerancia de estudiantes es una lacra generacional y de consolidación en todos los movimientos sociales.

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Salamancaenbici es un espacio abierto en torno a las dos ruedas y a la ciudad. Una ciudad con más bicis es más ciudad.