MOVILIDAD Y LIBERALIZACIÓN DEL MERCADO EDUCATIVO

Hace unas semanas nos enterábamos por la prensa local que el mapa educativo en Salamanca cambiaría sustancialmente de cara al curso académico 2012-2013.  Hasta ahora y según una serie de baremos (proximidad al domicilio, hermanos matriculados, rentas anuales, etc.) los estudiantes tenían un margen de colegios, todos ellos, circunscritos a una de las 10 zonas en las que se repartía la ciudad.  Pues bien, a partir del año que viene las zonas serán solo 3 (norte, este y suroeste).  Es decir, que el margen de colegios susceptibles de elegir se amplía.  En principio, podríamos considerar esta medida como liberalizadora, que lo es, pero tal vez convenga reflexionar sobre otras muchas consecuencias que se pueden derivar.

Vehículos estacionados en 2ª fila frente a un centro educativo (www.salamancaenbici.com)

Sin juzgar la pertinencia de la medida en términos educativos, sí que conviene introducir a la movilidad como un elemento a tener en consideración cuando se modifican estas circunstancias.  Mientras que hasta ahora, el colegio más alejado de la residencia (entendemos esta como urbana y no periurbana) podía estar a no más de 2-3 km. (siempre y cuando la elección siguiera los trámites habituales y preferentemente en relación a colegios públicos y/o concertados), el nuevo plano, podría generar espacios de más de 3 km. incluso de más de 5 km. entre la residencia y el centro escolar.

Esto qué quiere decir, que los desplazamientos para ir al colegio pueden aumentar en recorrido y tiempo. Ello a su vez, contribuye a que en lugar de caminar como hasta ahora se opte por el vehículo privado.  Teniendo en cuenta los conflictos que existen en la actualidad durante las horas punta en colegios y centros educativos particularmente privados, pensamos que esta nueva liberalización del mapa educativo lo acentúa.  Recordemos que a los centros educativos privados va el que quiere o puede y la procedencia del alumnado suele ser muy dispar porque priman otros factores (reputación, tendencia curricular, etc.)  Cabe destacar que, esta medida podría leerse también en clave privatizadora ya que, a lo mejor, los colegios privados no tienen alumnado suficiente o sencillamente se quiere primar la educación privada. Por otro lado, no hay más que ver cómo los colegios privados acumulan las mayores dobles filas de coches a primera hora y también al medio día.


La movilidad sostenible, -tal y como la venden nuestros gobernantes cuando inauguran sendas ciclistas o sistemas de préstamo de bicicletas- comprende por el contrario muchos otros factores que, según se gestionen, acaban por influir muy directamente sobre la calidad del transporte y, en consecuencia, de la ciudadanía.  Nos valdría con que paralelamente se incitara desde las instancias municipales a que los niños se acostumbren a ir en autobús o a montar en bicicleta.  Pero para eso también hay que pacificar primero el tráfico, discriminar en términos de tránsito la ciudad, educar a la ciudadanía, diseñar caminos escolares seguros, etc.  Estudiar en un centro debería integrar también el juego, el ejercicio y socialización hasta o desde el colegio a tu casa con tus amigos y amigas.  circunstancia que podría estar finalmente en extinción.  

Niños cruzando un paso de peatones con vigilancia (www.salamancaenbici.com)

Claro está que, algunas personas reforzarán la idea de que "mis hijos van a donde yo quiera" pero es que en el caso de los colegios públicos se incorpora la cuestión de la corresponsabilidad como consecuencia de la gratuidad.  Se trata de un asunto que debemos revalorizar y comprender.  Ir y venir del colegio es también una herramienta muy poderosa de socialización y desarrollo cultural.  Por eso, desde Salamancaenbici, apostamos por una ruta al colegio segura, por la proximidad y desde luego por una educación pública de calidad.