ROBOS DE BICICLETAS

Si existe una razón entre cualesquiera que consideremos (por muy absurdas que sean) para no usar la bicicleta, esa es el robo o la sustracción.  El último barómetro de la bicicleta ya lo apunta en sus últimas páginas: a un 17,4 % de los ciclistas le han robado su bicicleta en alguna ocasión.  Frente a este problema encontramos una disyuntiva difícil de resolver.  Generalmente, se entiende que a mayor número de bicicletas en la calle, mayor es el número de robos.  Al menos así es como se desarrolla el panorama en Salamanca y, suponemos, en el resto de ciudades.  Las historias que por ejemplo nos cuentan acerca de lo que ocurre en ciudades holandesas, donde existe un mercado de segunda mano sospechosamente sospechoso pero ingente, es quizás debido a la cantidad de bicicletas que hay en la calle. Cuántas veces hemos oído eso de que me compré una bicicleta por 20 euros, me la robaron una vez, me volví a comprar otra y tras robármela otra vez, fuí yo el que robé la tercera.  En Amsterdan o Roterdam, por lo visto es un modus operandi muy habitual.

La disyuntiva viene del hecho de que el robo hace bajar los precios de bicicletas de segunda, tercera, cuarta...mano.  Ello no nos debe hacer pensar que tal vez el robo sea bueno para encontrar bicicletas a precios ridículos.  En España tenemos la costumbre -aunque cada vez menos- de comprar bicicletas caras y que, además, sólamente utilizamos para hacer deporte los fines de semana.  En el momento en que las utilizamos todos los días en la calle, desciende la ostentosidad porque precisamente no queremos perder tanto dinero.  Pues bien, parece que la tendencia está cambiando y cada vez somos más las personas que demandamos bicicletas de bajo coste para dar servicio a otro modo de uso: el diario.

En Salamanca, el apartado STOP-ROBOS del Comité Guardabarros recibe semanalmente al menos un aviso de robo.  Por lo visto, la última vez, el aviso provenía de León.  Es sin duda un síntoma de, primero, la oportunidad de la idea que ha tenido el comité y, segundo, del incremento de robos en la ciudad como sonsecuencia del aumento de ciclistas en las calles.  Como ha comentado un lector en una de las entradas de este blog, el robo no parece suficientemente penado por la ley.  La mayoría de los robos de bicicletas se consideran hurtos y los delincuentes vuelven a repetir sus fechorías en pocas horas.

El marcaje o inventariado de bicicletas es una de las soluciones que desde determinados sectores sensibilizados con el mundo de la bicicleta se han puesto en marcha en varias ciudades.  Hace unos años, de viaje por Austria en bicicleta, comprobábamos como la policía Local ofrecía este servicio gratuíto a los ciclistas y, mediante, una troqueladora, se registraba la bicicleta.  Esto, lejos de evitar el robo, sí que disuade del mismo.  En España existen experiencias interesantes gracias al impulso que Bicitronic hace desde Barcelona, pero no parece extenderse lo bien que quisieran sus promotores.

Frente al robo lo mejor que podemos hacer es invertir en unos buenos candados.  Sin reparar en gastos y con una buena utilización de los mismos, se disminuye el riesgo en gran medida.  Ya sabemos que se trata de una medida pasiva pero tal y como está el panorama administrativo en términos de sensibilición ciclista, es lo mejor que podemos hacer.  Mientras que un candado flexible se puede romper con una cizalla, con uno en forma de "U" y rígido, la cosa cambia.  Desde aquí, ponemos a disposición nuestra experiencia para asesorar sobre cuál es el mejor, sin detenernos ahora en las marcas y casas de candados.

Por otro lado, tal y como señala el barómetro de la bicicleta de este año, los aparcamientos de bicicletas, estando cerrados, ofrecen muchas garantías, si bien, son caros y requieren de un espacio urbano que muchas veces supone quebraderos de cabeza inexplicables para los ayuntamientos.  Frente a este obstáculo de prejuicios, invitamos a romper otro: el de no poder introducir bicicletas en edificios públicos.  Se trataría de ser más flexibles a la hora de permitir el aparcamiento dentro de edificios.  Y si citamos a los edificios públicos, también deberíamos detenernos en las comunidades de vecinos, tradicionalmente hostiles al aparcamiento de bicicletas en sus espacios de entrada o escaleras.  Esta es una oportunidad que esperemos cambie poco a poco y no se den circunstancias como la típica notita del vecino anónimo "este es una espacio común, no parques tu bici" o directamente, el desinflado de las ruedas día sí dia no.  Proponemos un premio anual bien dotado para premiar a la comunidad que mejor adapte sus espacios vecinales para el aparcamiento seguro de bicicletas.  A lo mejor así, el vecino anónimo valore mejor el trasfondo de la bicicletas y ¿quién sabe? se queje del espacio que ocupan los coches en otros espacios comunes.

En definitiva, nosotros, desde Salamancaenbici animamos a todas aquellas personas que han perdido su bicicleta a denunciarlo cuantas veces haga falta (también muy recomendable la página de Guardabarros) y así tal vez la Policía Local ponga freno al asunto.  No podrán sensibilizarse y tomar cartas en el asunto hasta que seamos muchos los afectados.   Así funciona.  Mientras tanto, no os olvidéis de fotografiar vuestra bicicleta y tomar los datos del número del pedalier.  Y por supuesto, a compraros ¡un buen candado ya!

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